ninos quiropractica

Los niños y la quiropráctica.

¿Sabía usted que la quiropráctica es para todas las edades? Los padres aprecian la importancia de las revisiones dentales, de los oídos y de la vista para sus hijos, pero olvidan quizás la más importante de todas: la revisión de la columna vertebral. No hay que esperar al dolor de espalda para acudir a un Doctor Quiropráctico.

Los niños son los que sufren más subluxaciones debido a las múltiples caídas, malas posturas, mochilas pesadas, el parto, el aprender a caminar o ir en bicicleta. Además, de estar en video juegos sentados por horas, tener una mala postura frente al computador o caminar de forma «jorobada». Como una caries silenciosa, la subluxación vertebral afecta a todo el organismo del niño sin que a priori se noten los efectos. El objetivo de la quiropráctica, es proporcionar bienestar y mejorar la calidad de vida manteniendo una columna bien alineada, sana y libre de interferencias nerviosas, de forma que todos los órganos, nervios y glándulas del cuerpo tengan un rendimiento óptimo.

El ajuste quiropráctico es un movimiento específico a las vértebras, ubicándolas en su posición correcta y así quitar interferencias al sistema nervioso. El cuidado Quiropráctico, aporta bienestar de forma natural y tiene una función preventiva de suma importancia para la calidad de vida de los niños y su rendimiento escolar.

Los niños que se cuidan con la Quiropráctica muestran múltiples beneficios.

  • Son niños más despiertos.
  • Mayor capacidad de aprendizaje.
  • Aumenta la buena postura.
  • Aumenta la buena salud, el bienestar y da más energía.
  • Ayuda a tener una mejor concentración en el colegio.
  • Disminuye los problemas de sueño.
  • Aumenta la inmunidad y disminuye los riesgos de resfríos.

Además, la quiropráctica puede ayudar a los niños con: escoliosis, asma, alergias, problemas de sueño, cabeza asimétrica (el bebe mira siempre del mismo lado o quiere siempre el mismo pecho), el bebe llora mucho, trastornos digestivos, cólicos,  dolores de espalda y cuello, micción involuntaria, contracturas, estrés, ansiedad, mareos, vértigo, hiperactividad, problemas respiratorios etc.

Por esas razones el cuidado vertebral debe ser integrado en las revisiones rutinarias del niño, al igual que el cuidado dental.

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